Por: Dr. Norman González Chacón
Entre los miles de lectores del blog en todo el mundo, hay uno solo que ha demostrado no estar de acuerdo a la exhortación que le hacemos a la iglesia cristiana a despertar y tomar las riendas del evangelio verdadero. No pretendemos criticar ni acusar a iglesia alguna. A través de todo el texto bíblico, Dios está llamando a disciplina a su pueblo, a sus hijos, y a su iglesia. A este importante asunto, le dedicaremos parte del artículo de esta semana para ayudar a este hijo de Dios con su duda, y abrirle los ojos al verdadero evangelio. Tomando las palabras de Jesús, que son claras, definidas en concepto, y revestidas de autoridad, nos remitimos al texto mismo que le da forma al Evangelio en Juan 14:12. Jesús, hablando a los discípulos, les dice: “De cierto de cierto os digo, el que en mí cree las obras que yo hago, también él las hará, y mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre”. “ Y todo lo que pidieres al Padre en mi nombre, esto haré: para que el padre sea glorificado en el hijo”. En Marcos 16:18, leemos: “Sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán”. En Éxodo 15:21 y en Éxodo 23:25, desde el mismo principio de la historia del mundo, las enfermedades que surgieron como consecuencia del pecado, han estado minando la salud de los hombres y mujeres, y al igual que ahora, son motivo de gran preocupación entre la cristiandad que no halla curaciones milagrosas en la iglesia.

Jesús sanó todo tipo de enfermos. La lepra, una de las enfermedades más graves de ese tiempo, era tan temida y común como el cáncer de hoy día. Su ministerio principal, con el que llamó la atención de la gente y de los dirigentes políticos y religiosos de su tiempo, fue la gran cantidad de enfermos de todo tipo que sanó. Fue bálsamo sanador para los leprosos, endemoniados, tullidos, mancos, ciegos, cojos, paralíticos, sordos, y muchos otros. Ninguna enfermedad física o mental resistió su poderosa mano curadora. Además de haber curado todo tipo de enfermos, levantó varios muertos y resucitó a Lázaro que ya hacía varios días que estaba su cuerpo en estado de descomposición. Toda esa obra milagrosa que realizó en su corto ministerio, da testimonio de su poder y origen divino.
Lo más importante de todo su ministerio, es que el Señor le impartió su poder a los discípulos y a su Iglesia para que realizaran obras tan grandes y milagrosas como las que él hizo con la gente. Estos hombres fueron investidos con el mismo poder del Espíritu y realizaron grandes milagros como lo hizo Jesús. Éste señaló: “De cierto, de cierto, os digo: el que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará, y mayores que éstas hará, porque yo voy al Padre y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”. El poder milagroso del Maestro, fue sobre los discípulos y pudieron realizar grandes milagros como Jesús.
Al igual que los discípulos recibieron el poder de curar a los enfermos de toda enfermedad existente, ese don divino pasó a la Iglesia que fue investida del mismo poder que recibieron los discípulos.
La pregunta que le hago a usted hoy, es: ¿Dónde está ese poder que la iglesia cristiana no ha podido manifestar? ¿Por qué la iglesia no manifiesta ese poder impartido por el Maestro para sanar a los enfermos hoy día? A veces se da el caso que uno u otro enfermo es sanado por su fe y la oración. No hay duda de que aún el Señor se manifiesta en milagros que ocurren por la fe del enfermo, o de quién ora por él. Su promesa está vigente aún pero no vemos una iglesia con el poder de sanar todos los enfermos que allí lleguen buscando sanidad. El texto dice: “sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán,” refiriéndose a todo discípulo que ministre en la Iglesia cristiana. Ese poder ya no existe en las iglesias, aunque la mayoría de los pastores siguen predicando que Jesucristo sana y salva, no vemos que esa promesa se esté cumpliendo en la iglesia moderna. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué la iglesia ha perdido ese poder que Jesús legó?. ¿A dónde los enfermos van en busca de sanidad? ¿Será que acaso el Señor le retiró ese poder a la iglesia cristiana? Amigo que me escribió, si usted cree que somos salvos por la gracia de Cristo solamente, dígame si esa gracia salvadora tiene o no tiene el poder de sanar a los enfermos. ¿A dónde podemos enviar a tantos niños y adultos con tantas enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes, las enfermedades autoinmunes, la hipertensión, enfermedades y defectos del corazón de todo tipo, y todas las demás que se manifiestan entre los miembros de las iglesias cristianas. Se ha preguntado usted, o le ha preguntado a su pastor: ¿Qué haremos con tantos enfermos que necesitan curarse? Un buen amigo y pastor, me dijo: “Para eso están los hospitales, y Dios le dio el conocimiento a los médicos para tratarlos.” ¿De veras es usted tan ingenuo o ignorante que cree que los médicos curan estas enfermedades en los hospitales? No amigo querido, aún no han encontrado la cura, ni la encontrarán jamás en los hospitales. Las drogas químicas, cirugías y tratamientos tóxicos, jamás curarán ni a un solo enfermo. Es cierto, que a veces, un enfermo de cáncer se cura a pesar del tratamiento tóxico, temporalmente, y después de muchos tratamientos y cirugías, pero ese es el poder del cuerpo humano que resiste toda esa química y se estabiliza por un tiempo. Pero tarde o temprano, la enfermedad vuelve a atacar, y no es lo mismo que la primera vez.
Precisamente, ese es el subterfugio que la Iglesia ha usado para descargar su responsabilidad y su incapacidad para cumplir con la misión de sanar los enfermos. Algunas denominaciones cristianas, para ser más específico: Siete de ellas, tienen hospitales que llevan el nombre de las denominaciones, oran por los enfermos, pero no los curan con el poder divino. Los embalsaban en vida con terapias químicas y drogas que los mantienen vivos un tiempo. Pero a eso no se le puede llamar “curar” con el poder de Dios. ¿Qué haría hoy usted, si se entera de que un cáncer maligno se ha regado por todo su cuerpo? ¿Sabe de alguna iglesia donde curen ese mal, o irá a un hospital?
Pues esa es la razón por la cual alertamos a la iglesia cristiana para que despierte y tome su responsabilidad con los enfermos y con las almas que se pierden, porque no hay bálsamo en Galaad debido a que la iglesia cristiana está ocupada en otras actividades que no son las de curar a los enfermos.
Déjeme decirle, que curar una enfermedad dista mucho de tratar una condición con drogas o medicamentos tóxicos y cirugías extirpadoras. El Señor es el mismo ayer y hoy, y quiere sanar a los enfermos, pero no hay, no hay una iglesia preparada con la investidura divina de curar todas toda enfermedad y dolencia. La iglesia se limita a pedirle a la congregación que ore por los enfermos, y eso es todo lo que puede hacer. Cuando no ven el efecto de la oración los envían al hospital y allí los intoxican con drogas que les hacen creer que se van a curar. Esto es un asunto muy serio que los dirigentes religiosos no quieren ni pueden enfrentar: sencillamente le pasan la papa caliente al médico y al hospital, y a Dios que reparta suerte.
Al fin y al cabo, la humanidad está tan ciega en este asunto de la salud, como lo están en los procesos salvíficos, y creen lo que usted alega en su nota que somos salvos por la gracia, aunque enfermos por consecuencia.
¡Despierte amigo lector!: Dios en su palabra ha dado instrucciones precisas para que la gente no se enferme. La sangre de Cristo nos limpia de todo pecado, si nos arrepentimos, nos apartamos del pecado, y nos ponemos en armonía con sus leyes, mandamientos y estatutos. Esa es la fórmula preventiva para no enfermarnos. Pero, si pecamos, “abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo”, y… médico divino para curar toda enfermedad y dolencia.
Ahora, dígame usted: ¿Qué hacemos con tantos enfermos de todas las edades, que sufren tantas diferentes enfermedades? Si la gracia que usted menciona que nos salva, es salvadora y sanadora, ¿Por qué usted no está curando a los enfermos con esa teoría? “El que dice que me ha conocido y no guarda mis mandamientos, el tal es un mentiroso y no hay verdad en él”. (1 de Juan 2:4) “Y en esto sabemos que nosotros le hemos conocido, sí guardamos sus mandamientos” (1 de Juan 2:3) ¿Cuáles mandamientos indica el Apóstol?: “Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, es la palabra que habéis oído desde el principio (1 de Juan 2:7). Quien único se atrevió a decir que los mandamientos leyes y estatutos fueron abolidos en la cruz, fue la Iglesia cristiana. Y así lo ha estado enseñando erróneamente al mundo. Por esa razón, perdió la bendición que le daba el poder de sanar a los enfermos, y levantar muertos, de realizar grandes conversiones, y de producir grandes manifestaciones divinas.
La presencia de Jehová se ha ido apartando de la Iglesia, porque la iglesia ha ignorado las leyes de Dios y ha prostituido el evangelio con prácticas extrañas y teorías inventadas por hombres. Es bueno mencionar que el protestantismo mayormente está basado en las 95 tesis de Martín Lutero que respondieron a la reforma que éste inicio al colocarlas en las puertas de la catedral de Wittenberg en el año 1517, dando a lugar a una reforma que cambió al mundo y lo dividió en dos grandes bandos religiosos que se mantienen al día de hoy como protestantes y católicos. Sin embargo, esas 95 tesis que elaboró Lutero sobre las fallas del catolicismo de su tiempo, no lograron las reformas que el verdadero Evangelio necesitaba sobre los principios bíblicos, establecidos por Dios desde la creación del mundo y que se repiten libro por libro de la Biblia.
Aunque significan una gran liberación de las prácticas que el papado había ido estableciendo sobre la política y la sociología de su tiempo, sobre la venta de indulgencias, y la acumulación extrema de riquezas, en la parte espiritual, el destacado teólogo que se atrevió a retar ese sistema, se colgó en la parte dogmática que debió restaurar o reformar los hitos espirituales de la voluntad divina, expresada en todos los libros de la Biblia. Las 95 tesis pudieron haber sido más de 200, si Lutero hubiera ido a la médula del problema que enfrentaban los fieles que leían la Biblia de su tiempo, y miraban consternados las prácticas de la iglesia de Roma.
Es por esa razón que Lutero se concentra en el problema mayor que él ve en la Iglesia y no define los importantes aspectos del Evangelio de Cristo para la nueva iglesia naciente que ve el asunto de la salvación, como un problema que Dios resuelve, de acuerdo, a su misericordia, y no como un asunto personal del pecador, que, ejerciendo el libre albedrío, o su innata determinación, se hace acreedor de ese don divino por la obediencia y la fe. Lutero presenta la idea de que la iglesia protestante cristiana ha adoptado y manifestado que la fe, está por encima de todas las buenas obras. Dado que, ver la naturaleza humana como un ser pecaminoso cuyas obras son imperfectas, la salvación queda de parte de Dios y no del pecador. Por eso la iglesia predica que somos salvos por la gracia, ya que no somos capaces de guardar las leyes divinas, dadas desde un principio para regir el mundo.
Es como si los gobiernos civiles de la tierra eliminarán todo el código de leyes que reglamentan la conducta humana en la sociedad, porque muchos de los ciudadanos no las obedecen. Entonces, estamos invirtiendo la voluntad de Dios para con la raza humana y tildando a Dios como injusto, al pedirle al ser humano que se rija por los mandamientos divinos que ellos no pueden obedecer. Con esto, en vez de redimir la raza humana y vindicarla para ser mejores criaturas, lo que la iglesia hace es rebajar la voluntad divina y adaptarla a los defectos humanos.
Esa no es la voluntad de Dios para la raza caída, Él quiere elevar al hombre y llevarlo a adquirir la naturaleza divina, siguiendo los pasos que las escrituras marcan como las huellas de Jesucristo: (Mateo 7:21) “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al hijo y cree en él tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:40).
Ha sido tarea humana de la Iglesia cristiana rebajar las normas de la salvación y adaptarlas a los defectos humanos, en vez de seguir las reglas de vida para elevar al hombre lo más cerca posible del requisito salvífico. Esta es otra de las tácticas equivocadas de la iglesia cristiana para atraer pecadores a la iglesia, que llenen las arcas, aunque finalmente éstos se pierdan.
Por eso se perderán iglesias enteras con todo y pastor, cuando el Señor haga juicio sobre ellos y les diga: “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los cielos, mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, no profetizamos en tu nombre y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros: y entonces les protestaré: nunca os conocí; apartados de mi, obradores de maldad”.
No hay otra alternativa de salvación que no sea hacer la voluntad del Padre expresada en cada libro de la Biblia desde el génesis hasta el mensaje de las últimas siete iglesias de Apocalipsis, qué es el mensaje final de Jesucristo a su pueblo, a su Iglesia, a sus hijos, y al remanente que estará esperando esa gran bendición. Dios está llamando a disciplina a cada Iglesia que se empeña en desobedecer la voluntad divina y que trata de implantar su propia versión de salvación: “Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez: y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo: sé pues celoso, y arrepiéntete”(Apocalipsis 3:18-19).
Doctor usted sigue prejuiciado contra la iglesia evangélica, se nota claramente que usted a hecho lo que dice hebreos 10:25 a dejado de congregarse, porque para usted todas las iglesias están mal, de acuerdo a su criterio usando la escritura a su forma de interpretación claramente influenciado por la iglesia adventista de Elena White. Usted critica la iglesia y la condena se nota el odió que usted tiene contra la misma. Critica a los médicos y los programas violentos en los demas canales, pero tiene en su canal programas de médicos que recomiendan usar medicamentos, vacunarse y comer carne, por ejemplo ALIANZA y el programa de juegos de videos los sábados que es un programa mediocre y violento. De que estamos hablando doctor, siga ayudando a las personas a vivir mejor con sus consejos de alimentación, pero no culpe a la iglesia evangélica, quítese ese prejuicio porque le podría pasar factura,acuérdese lo que le dijo Gamalier a los fariseos. Un abrazo DLB.
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Usted se está sellando en su rebeldía ignorante! Es mejor que no siga leyendo los escritos. Oraré para que Dios tenga de usted compasión y misericordia.
En Mateo 13 se anticipa su conducta: “Solo los entendidos, entenderán” Ayune y ore mucho para que El Espíritu le abra el entendimiento. Las 7 iglesias de Apocalipsis están en su misma situación
y necesitan ayuda: El colirio natural que le abra los ojos!
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