Por Dr. Norman González Chacón
Cuando cayeron las diez plagas sobre los egipcios, las casas de los hebreos habían sido marcadas con una señal de sangre en la puerta de entrada para avisar al ángel de la muerte que ese era un hogar donde se guardaban las leyes y estatutos divinos. De esa manera, el ángel de la muerte pasaría de largo y no causaría muertes en el pueblo hebreo, que creía en las promesas de Dios.
Ningún cristiano que entienda esto hoy, debe morir de cáncer, ni sufrir diabetes, ni desarrollar hipertensión, ni obesidad, o enfermedades autoinmunes o virales. Estas son algunas de las plagas determinadas en la última etapa de la historia para los que rechazaron la Medicina de Dios, y se conformaron a la alimentación del mundo. Los cristianos que sufran de esas enfermedades es porque no han obedecido las leyes, los mandamientos, y los estatutos divinos (Éxodo.15:26. Y 23:25). Éstos reciben las mismas plagas que están destinadas a los impíos. Por esa razón, en el tiempo final de las siete iglesias de Apocalipsis, se menciona la alimentación, ciertas costumbres y tendencias relacionadas al comer:

Éfeso: Comerá del árbol de la vida.
Esmirna: Tribulación de 10 días que significa la prueba de Daniel que se abstuvo de comer la dieta del Faraón.
Pérgamo: Comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Tiatira: Comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Sardis: Está muerta (comió lo que no debía ya que sus obras fueron halladas imperfectas delante de Dios). No se han hallado sus obras perfectas delante de Dios.
Filadelfia: Tiene allí a los que se dicen ser judíos. Y no lo son. Los judíos no comen sangre ni animales clasificados inmundos en la ley de Moisés.
Laodicea: Será vomitado de la boca de Jehová. Pero si se arrepiente, cenaré con él y él conmigo. Podrá comer del maná celestial.
Noten que se menciona específicamente lo que comen en todas las siete iglesias, lo que implica que no han cuidado su vida ni su alimentación. Guardar los mandamientos implica cuidar la alimentación, el descanso diario y semanal señalados para salud (Éxodo 15:26 y 23:25). Quien destruye su salud, comiendo, bebiendo, y sin el debido descanso sabático y nocturno, dice el Señor, que será destruido (1era. de Corintios 3:16 y 17). Dios no mata ni destruye, pero el contexto bíblico nos señala que la persona que viola el templo de Dios, el cual sois vosotros, se autodestruye a sí mismo.
En Génesis 9:4, leemos el mandato: “Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis”. En Levítico 3:17 leemos: “Estatuto perpetuo será por todas vuestras generaciones, dondequiera que habitéis ninguna grasa, ninguna sangre comeréis”. Este mandamiento es un estatuto perpetuo. No caduca, ni es abolido como señalan muchos pastores y enseñan algunas iglesias: Que Dios abolió todas las leyes de la alimentación. Perpetuo significa para siempre: nunca, nunca caduca. En Levítico 17:10 al 12 se lee: “Si cualquier hombre, de la casa de Israel, o de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y le cortaré de entre su pueblo…” (Levítico 17:14, Levítico 19:26, Deuteronomio 12:16, y 12:23, Deuteronomio 12:25 y 15:23, Hechos 15:20, Al 29. 2125. Ezequiel 33:25, Apocalipsis 16:6 y 17:6).
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento enfatizan en este principio tan importante de vida. Tanto la carne como la sangre acortan proporcionalmente la vida. La ciencia lo ha descubierto, aunque tarde, sin embargo, hay suficiente evidencia científica como para probar que la Biblia tenía razón desde un principio. Las carnes de animales acortan la vida, Dios se lo había hecho saber a los antediluvianos. Los descendientes de Caín no podían vivir sin comer sangre porque su genética rebelde se alimenta de la carne y de la sangre de los animales. Biológicamente, toda la carne es sangre convertida en tejido y no es posible consumir carne sin consumir sangre, pero Dios dejó esa sabiduría en las manos del hombre para que usara su libertad de discernir y tomar decisiones.

Aunque el ritual determinaba que se había de derramar la sangre en la tierra, este era un acto simbólico que prefiguraba la sangre de Cristo, que un día sería derramada, pero no tenía la intención de que el hombre arruinara tempranamente su salud y comiera la carne de animales muertos después de haberle botado la sangre. Dios le dio el discernimiento al hombre y a la mujer para que tomaran decisiones sabias e informadas en todas las épocas, de acuerdo con su criterio personal, pero les hizo saber que comer carne les reduciría el término de vida de 800 o 900 años a 120 años solamente. En esta época pocos llegan a esa edad, pero algunos la alcanzan, lo que indica que es factible. Casi nadie llega a los 120 años de vida, porque todos nuestros padres y abuelos consumieron carne con sangre. Esa es la razón por la cual muchos desde los 50 años de vida, ya están sufriendo enfermedades.
¿Por qué Dios prohibió comer carne con sangre? La sangre es el producto directo de la vida después del pecado. Cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido, de la uva que transformaría a los ángeles caídos de la rebelión de Satanás en humanos, como habían sido creados Adán y Eva antes de pecar, sufrieron una transformación. De la inmortalidad que tenían a la mortalidad que adquirieron al comer del fruto prohibido. Como consecuencia, el plasma claro que circulaba por sus venas se convirtió en sangre roja mediante un proceso que había sido diseñado para que los ángeles que se rebelaron contra Dios, los extraterrestres que se arrepintieran de seguir con Satanás, se pudieran humanar compatiblemente con los humanos de la reciente creación. La sangre humana antes del pecado no contenía glóbulos “rojos”, ni la médula ósea producía hemocitoblastos. Actualmente la sangre contiene en su componente celular 50% de glóbulos blancos y 50% de glóbulos rojos que constituyen un 45% de la sangre. El restante 5%, la porción fluida o plasma constituye 90% por ciento de agua, 9% proteína, .9 % sales inorgánicas, .9% ureas y glucosa. Otros componentes son los residuos metabólicos de las células desechadas por el organismo, así como de toxinas para ser eliminadas por los órganos secretores.

Como un acto de amor, compasión y misericordia, que los humanos no podemos entender a cabalidad, el Creador diseñó el árbol de la ciencia del bien y del mal. Lo hizo para que esos seres engañados por Satanás, que se rebelaron contra el gobierno divino, que no estaban de acuerdo con la forma en que Satanás llevaba la rebelión, ni sus actuaciones, pudieran humanarse y vivir en el paraíso que ofrecía esta tierra recién creada. Ésta era una gran oportunidad para todos los que fueron engañados y participaron de la rebelión, se arrepintieran y pasaran a formar parte de la familia especial de Dios. El fruto de ese árbol era el mecanismo que transformaba su cuerpo angelical en organismo humano con las mismas capacidades de los humanos de vivir independientemente, libres en albedrío, con la capacidad total de decidir y con el don de la procreación que les fue otorgado a los seres de esta tierra como regalo único en el universo.
La libertad de decidir fue prerrogativa única de esta creación y al igual que el don de procrear, fueron el regalo divino que diferenciaba a los seres creados a imagen y semejanza del Creador. Fueron creados a imagen y semejanza de Dios: “Varón y hembra los creó” (Génesis 1:27 y 5:27). Jesús les dijo a los discípulos: “El que me ha visto a mí, ha visto al padre, porque el padre y yo una misma cosa somos.” Si entendemos este misterio revelado, podemos comprender las razones que tuvo el Creador para advertirle a Adán y a Eva que no debían comer de ese árbol de ciencia transformadora porque no fue creado para ellos. Y les advirtió sobre las consecuencias funestas que sufrirían si tan siquiera, lo probaban. Ese árbol con su fruto le daba entrada a los ángeles caídos arrepentidos a la nueva y Magna creación que acababa Jehová de realizar para beneficio del universo. De acuerdo con cómo marchará todo, los dones nuevos introducidos en la tierra serían transportados por extensión, a todos los otros mundos habitados del universo y esos planes divinos, siguen vigentes.
Para preservar la perfecta creación de los nuevos recién creados humanos, Dios les asignó de inmediato la alimentación que constituiría el sostén idóneo y perfecto a esa importante maquinaria viviente: las plantas y los frutos de la tierra. Éstos complementaban el funcionamiento perfecto del organismo humano compatible (Génesis 1:29). Las plantas tienen en su biología la savia que las alimenta, y el cuerpo humano contenía el plasma idéntico al de las plantas y frutos de la naturaleza. Una cosa compatible 100% con la otra. El ciclo de vida de la tierra, y el del ser humano y de la naturaleza creada, y de los animales, era el mismo ciclo. Y Dios vio que todo marchaba a la perfección. Así como la savia de las plantas, lleva los nutrientes a todas las ramas, de la misma manera, los azúcares convertidos en sacarosa, aminoácidos, minerales, y sales, alcanzan los tejidos de crecimiento de la planta, los almacena y producen frutos, semillas reproductivas y raíces, igual que como ocurre en los seres humanos.
Hay dos tipos de savia. La que alimenta el tejido y la que elimina residuos. Así es también en la sangre humana, una sangre que transporta nutrientes y oxígeno a los tejidos y una sangre que lleva residuos del cuerpo a los órganos secretores. En el caso de las plantas, se denomina savia bruta y savia procesada. En el caso de la sangre, sangre pura y sangre impura. Una se transporta de las raíces a las hojas, donde es procesada por fotosíntesis con la ayuda del Sol y los elementos, la otra, se mueve de las hojas a las raíces en sentido contrario. En el cuerpo humano, una sangre corre por venas y la otra por arterias.
Por esa razón, para que nuestro cuerpo funcione adecuadamente y pueda combatir todo tipo de enfermedades, nuestro sistema inmunológico debe estar libre y sin ataduras que lo ocupen. Cuando se consume la carne de los animales, una gran cantidad de defensas son utilizadas para atacar y destruir células que le hacen daño al organismo y que son desactivadas por la inmunidad adquirida al consumir productos derivados de animales. En esa lucha constante contra la sangre y la carne, se debilitan las defensas naturales que ocupan una gran cantidad de soldados de defensa, y por estar ocupados en la lucha contra la carne, quedamos expuestos a todo tipo de enfermedades y patógenos como lo son los virus, las bacterias, los hongos y todo tipo de parásitos y microbios dañinos que merman la salud general de las personas.
Por eso no hay manera de fortalecer el sistema inmunológico comiendo de la carne de animales muertos, leche de animales, queso, huevos y derivados. Cada célula, animal o transgénica que entra al organismo, requiere de una cantidad sustancial de defensas inmunológicas que las tienen que descomponer para desactivarlas y eliminarlas. A veces, la lucha es tan desigual, que el organismo no puede destruir totalmente y eliminar los residuos animales y estos pasan a formar parte de órganos y sistemas. Cuando estudiamos a fondo el genoma humano, vemos con asombro, cómo células animales que escaparon al ataque del sistema inmunológico han llegado a contaminar nuestro genoma y producen enfermedades sistémicas de todo tipo. Esos son los que desarrollan enfermedades sistémicas y sucumben ante la infección de ciertos virus.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA PREVENCIÓN SEGÚN LAS LEYES DIVINAS
No. 1. Honrarás todas las leyes, mandamientos y estatutos establecidas por el Divino Creador. No matarás, ni consumirás ningún producto de origen animal ni derivado o componente, como lácteos, huevos, carnes, como mariscos, pescado y otros.
No. 2. No consumirás frutas y vegetales: híbridos, transgénicos o manipulados genéticamente. No los comerás ni los sembrarás en tu huerto.
No. 3. No consumirás alimentos donde se combinen los que crecen del suelo hacia arriba (aéreos) con los que crecen debajo de la tierra (tubérculos) en una misma comida. Aéreos y tubérculos no se deben mezclar en una misma comida.

No 4. No mezclarás muchos ingredientes ni condimentos. Nuestro alimento debe ser sencillo. Recetas complicadas ocupan defensas inmunológicas innecesariamente. Vea que los animales más fuertes en la naturaleza comen un solo ingrediente, tallos y hierbas.
No. 5. No comerás las proteínas de granos secos, nueces secas y de algunos granos, como los cereales. No deben consumirse durante el período de desintoxicación y limpieza orgánica. Estas proteínas crean un ambiente atractivo para que los virus se adhieran y sobrevivan en organismos con altas cantidades de desechos y sedimentación de proteínas acumuladas.
No. 6. No consumirás suplementos que contengan productos derivados de humano y animales: colágeno, aceite de pescado, células humanas, tejido de glándulas, mariscos, crustáceos, corales, y otros. Ni ciertas cápsulas de origen animal o de ingredientes sintéticos.
No. 7. No es conveniente para el sistema inmunológico que tengamos contacto directo o cercano con tejidos y fluidos animales domésticos o personas que en su alimentación consuman carnes y derivados de animales.
No. 8. Llevarás estricto cuidado de tu higiene y cuidado personal. Durante epidemias o pandemias, y en circunstancias de peligro de contagio, es importante que se observen las reglas básicas de cuidado personal, como el lavarse las manos y quitar los zapatos a la entrada del hogar. Además de usar mascarillas cuando así se requiera, y bañarse el cuerpo y el cabello cada vez que se salga del hogar.
No 10. Conocerás y practicarás los 7 remedios de la naturaleza que son: Aire puro, agua purificada, luz del Sol, alimento sano (a base de plantas), plantas medicinales, confianza y comunicación con Dios, y el descanso indicado, tanto semanal como nocturno.
Al estudiar la palabra del Creador, ayunamos consumiendo el alimento sencillo que, acompañado de oración y fe, fortalecen el cambio. De esa manera, desarrollaremos una fuerza inmunológica poderosa, una fortaleza espiritual a toda prueba, y un cuerpo físico resistente a toda enfermedad. Cuando nuestra sangre se depure de toda proteína tóxica de origen animal, estaremos preparados para enfrentar todos los dardos de fuego del maligno y toda enfermedad existente desaparecerá.
Toda persona que haya sido inoculado carga toxinas y metales pesados, así como otras sustancias, que a mediano y largo plazo pueden causarle daños irreparables al organismo. Esas personas deben seguir estrictamente los 10 pasos anteriores y utilizar alternativas de plantas como: la Artemisa (Wormwood), el Cundeamor (Momordica charantia), el Anamú y el Cilantro (Coriander), como plantas protectoras. La tierra diatomácea, que es antiparasitaria. El Limoncillo (Lemongrass), y los aceites esenciales de Eucalipto, Neem, y Menta, para aplicar en la entrada de las fosas nasales, en la mascarilla y en el pañuelo, para olerlos cuando estamos en lugares donde haya otras personas.
Las personas con diabetes, hipertensión y problemas circulatorios o autoinmunes que sigan estas instrucciones al pie de la letra, notarán que las enfermedades o condiciones mencionadas existentes o preexistentes, comienzan a desaparecer en pocas semanas o meses. Según se va produciendo la desintoxicación de las drogas y medicamentos, así como de la alimentación animal, el sistema inmunológico se depura y se fortalece. Esa es la señal de que estamos logrando el objetivo de tener un sistema inmune poderoso y sano que nos proteja de todo organismo dañino a la salud.
En el caso de los niños que están saludables y no sufren enfermedades, enfrentan cualquier virus sin ningún tipo de problema. En el peor de los casos, pasa como una influenza pasajera con un poco de fiebre y algo de tos o catarro. Ese es el plan de Dios para todo el que guarda los mandamientos, las leyes y los estatutos divinos de salud universal. Nunca veremos a un buey ni a una vaca que pastan y comen hierba solamente, enfermos, ni con artritis, ni diabetes, ni con ninguna otra condición de las que sufren los humanos. Los animales que se enferman, es porque el ser humano les cambia su alimentación original por comida preparada para fines de producción comercial. Cuanto más complicada sea la alimentación, tanto más daño sufrimos en nuestro cuerpo. Cuánto mas sencilla, mas saludable.
RESUMEN DE LAS MEDIDAS PREVENTIVAS
- Medidas de higiene universal: lavado de manos, cubrirse la boca, mantener superficies desinfectadas y aislamiento de ser necesario.
- Descanso: dormir 6-8 horas diariamente (inicia la respuesta adaptativa del sistema inmune).
- Comer alimentos saludables (viandas, frutas frescas y vegetales).
- Tomar agua purificada (destilada o reverse osmosis).
- Elimine el azúcar refinada, productos lácteos y harinas refinadas que promueven la formación de flema.
- Baños de agua caliente con sal de mar.
- Control o manejo de los niveles de estrés.
- Elimine el consumo de carnes y otros tipos de proteínas de origen animal (respuesta inflamatoria).
- Ejercicio moderado preferiblemente a la luz solar y al aire libre.

Dilusión “sanitizer”
Se pueden utilizar dos o tres de las siguientes plantas para diluir en alcohol etílico y/o aceite de coco con aceites esenciales en los que se ha demostrado actividad antibacteriana, antiviral y antifúngica que sean de buena calidad:
- Eucalipto
- Menta
- Tea Tree
- Romero
- Limoncillo
- Pacholí
- Pino
- Limón
- Clavo de Olor
- Canela
PREPARACIÓN
Puede poner 3 a 4 gotas de los aceites seleccionados (un mínimo de 4) en una botella de 8 onzas de alcohol etílico o ron de más de 100 grados de pureza.
Puede escoger una base de aceite de oliva o de aceite de coco (2-3 onzas) para añadir 4-6 gotas de los aceites seleccionados de acuerdo con su gusto y tolerancia respiratoria o de la piel.
USOS:
- Aplicar en la mascarilla.
- Asperjarlos en la habitación u oficina.
- Aplicar en manos, planta de los pies y la piel (según tolerancia).
- En un pañuelo desechable para olerlo a menudo.
- En el nebulizador para inhalaciones o en un difusor u olla eléctrica para saturar la oficina o la habitación donde duerme.
- Asperjarlos en la habitación u oficina.
- Aplicar en manos, planta de los pies y la piel (según tolerancia).
- En un pañuelo desechable para olerlo a menudo.
- En el nebulizador para inhalaciones o en un difusor u olla eléctrica para saturar la oficina o la habitación donde duerme.
Suplementos o complementos nutricionales que fortalecen el sistema Inmune
- Ester C con Bioflavonoids – 2,000mg 2 veces al día.
- Liquid Zinc Dr. Norman´s -1 cucharada con cada comida.
- Vitamina B-6 100mg – 2 cápsulas en el desayuno 2 cápsulas en la cena.
- Vitamina D-3 2,000IU -1 vez al día .
- Bronkoplex Dr. Normans – Jarabe para la tos – 2 cucharadas con cada comida o Broncoplex (cápsulas) – 2 cápsulas con cada comida.
- PB Enzymes (Dr. Normans) – 2 cápsulas con cada comida.
- Probióticos (vegan) – 30-50 billones – preferiblemente antes de acostarse.
- Tierra Diatoméa – 1 cucharada en 6 onzas de agua para tomar sorbos durante el día.
- TESES: Senna (Natural Cleansing Tea), Orégano, Eucalipto, Eldelberry, Neem, Ajo, Cebolla, Limón, Llantén, Malva, Limoncillo y Jengibre (puede usar alternadamente los que mejor le asienten).
Nota: Estas son algunas recomendaciones generales para aumentar la eficiencia de su sistema inmunológico. Mujeres lactantes o embarazadas deberán consultar con su profesional de la salud.
Excelente ayuda. De paso quisiera saber cómo obtener el certificado para la no vacunación ya que vivo en Ponce. ¿Puedo conseguirla en Ponce?
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Muy agradecida con todo este escrito
Quiero aprender más soy paciente renal y no quiero llegar a diálisis
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Pide una cita de emergencia a nuestro instituto. Las insuficiencias renales se corrigen en pocos días de tratamiento en la Medicina Natural.
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Muy agradecida con todo este escrito
Quiero aprender más
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Como todos los artículos del Dr normas:¡EXCELENTE!
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Hola, muy cierto. Sus palabras son muy sabías, la escritura según Dios es perfecta. Debemos cuidar nuestro cuerpo, es nuestro templo. Muchas gracias por toda esa información que nos brinda cada día. Dios con usted y su familia. Bendiciones.
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Grasias muchas bendiciones
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Mui interesante por todos dado Consejos. Casi todos. Especialmente los Medicamentos. ? Los uso ?
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Excelente Gracias
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Cada dia me queda claro que Dios a creado al ser humano perfecto.
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Muy buenas reflexion y análisis
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