El Pecado Imperdonable

Por Dr. Norman González Chacón

Tres dispensaciones, tres rituales o ritos ceremoniales, tres elementos de conversión, tres etapas históricas del tiempo y la participación del Espíritu Santo en la obra de conversión y transformación son las diferentes etapas por las que tiene que pasar el pueblo de Israel para llegar a la tierra prometida. 

La historia de la iglesia cristiana del mundo está dividida en tres grandes dispensaciones. Son periodos de tiempo histórico-bíblico que se caracterizan por la forma en que Dios se relaciona con su pueblo, y los diferentes pactos y cambios que éste realiza con los hombres a través de esas etapas. La primera de las tres dispensaciones es la del Padre, la segunda dispensación es la del Hijo, y la tercera es la del Espíritu Santo. Dios le ordenó a Moisés construir un santuario en el desierto para que el pueblo entendiera los rituales establecidos y poder manifestarse a ellos. A través de sus rituales y símbolos les manifestó su plan a fin de que entendieran las leyes que Dios le dictó a su profeta de confianza, para que pudiera gobernar a su pueblo. En el santuario, estaban muy bien definidos y separados entre sí los tres recintos que prefiguraban estas tres dispensaciones en las que se divide la historia.

La primera dispensación está representada en el primer compartimiento del santuario desde la puerta del patio, que es el atrio del santuario que contiene dos muebles importantes, que a su vez representan dos elementos de purificación: el altar de los sacrificios y la fuente de agua donde se lava el cordero del holocausto o del sacrificio. Esta primera dispensación se caracteriza por ser la más larga de tiempo histórico, ya que abarca desde la creación hasta la llegada del pueblo de Israel a la tierra prometida. Termina con los llamados de los profetas al arrepentimiento y con el anuncio de la venida de la segunda dispensación y del Mesías. 

El altar de los sacrificios representa esa dispensación en términos del perdón de los pecados, y la muerte del cordero prefigura la muerte del Cordero de Dios, Jesucristo. La fuente de agua donde se lavaban las partes del sacrificio representa la primera purificación de la tierra en esa etapa con el agua del diluvio, que representa a su vez, el ritual que abre la segunda dispensación que es el bautismo de Juan, que precede al ministerio de Cristo, siendo Él mismo bautizado por Juan en el río Jordán. Luego del atrio exterior, que no estaba cobijado, se entra al lugar Santo donde están los muebles simbólicos que representan la luz del candelero que ilumina el mensaje y al Espíritu Santo, y la mesa del pan que Dios le propone al ser humano que no le faltará nunca. Estos a su vez, representan la luz que emana del Espíritu y que ilumina la mente y la conciencia de cada pecador arrepentido. La mesa de los panes, además, representa el pacto que Dios hace con su pueblo de enviar el maná celestial para que no falte de la mano de Dios en la tierra, el pan diario, que es Cristo.  El tercer mueble de ese recinto es el altar de oro que anticipa el compromiso de oro de Dios en enviar un mediador que es Cristo para preparar el camino hacia una nueva tierra prometida. Este camino es Cristo que dijo: “Yo soy el Camino, la verdad, y la vida,” ese altar a su vez, representa la antesala de la nueva dispensación que está por venir y donde se desarrolla el último llamado al hombre para prepararse. 

El tercer recinto es símbolo de la tercera dispensación donde la iglesia, la mujer y la presencia del Espíritu Santo se hacen evidentes, y toman el control de la iglesia de Cristo en el último tramo de la historia del mundo actual. El agua, la sangre y el fuego son los tres elementos de purificación de ese santuario y son los tres elementos que Dios usó y usará para purificar la tierra: primero con agua del diluvio universal, en la primera dispensación, luego con la sangre de Cristo en la segunda dispensación, y más tarde con el fuego final del Espíritu Santo que encenderá la tierra para su última purificación antes de ser hecha nueva.

Es importante tener en cuenta que en la tercera dispensación se llevará a cabo el ritual del santuario del cielo, si Dios acepta todo lo que aquí se realice. Lo demostrará con el fuego de la presencia divina que llenará la tierra al igual que llenaba el lugar santísimo del santuario del desierto con la presencia divina o “Santa Shekina” una vez al año, cuando el sacerdote hacía expiación, sin que se quemara ninguno de sus muebles. 

Además de los tres elementos de purificación: agua, sangre y fuego, cada dispensación tiene un ritual a través del cual el creyente acepta el plan divino, y lo demuestra con su participación públicamente. En la primera dispensación el ritual era la circuncisión, en la segunda fue el bautismo en agua, y en la tercera, es el bautismo del Espíritu Santo en fuego (Mateo 3:11-17). En cada dispensación, hay también un elemento de transición muy importante: En la primera dispensación es la Pascua que se celebró la víspera de la salida del pueblo de Israel de Egipto. En este ritual se comía el cordero con hierbas amargas, de pie y con el bordón en la mano, queriendo decir que el pueblo que lo celebraba estaba listo para salir con todo el equipaje para el viaje dispuesto. En la segunda etapa de la segunda dispensación no se come el cordero, ni requiere de las hierbas amargas, ni comer de pie como en la primera. Esta vez es Jesús mismo que introduce y dirige la segunda etapa de este ritual lavando con agua los pies de los discípulos, y luego comiendo el pan con el vino de la cena, sentado cómodamente en una mesa con los discípulos a su lado. Este ritual cambia, al igual que los otros en cada dispensación. El Maestro, introduce en los participantes al comer, el cuerpo y al beber, la sangre transfigurados en el pan y el vino de la cena Pascual. 

Tan pronto entra una dispensación, el ritual de esa etapa debe cambiar. Si los cristianos están atentos a los acontecimientos, ayunan y oran en busca de luz; el Espíritu les iluminará y se percatarán del cambio. Pero si el evento los encuentra durmiendo, no podrán ver la transformación que corresponde. Juan el Bautista señaló claramente que después de él vendría alguien que los bautizaría con sangre y con el fuego del Espíritu Santo. Los apóstoles tuvieron una lucha fuerte para hacerles entender a los judíos de su tiempo que los ritos de la primera etapa o el ritual de la primera, que era la circuncisión, ya no era asunto de importancia porque había un nuevo ritual que la sustituía en ese momento histórico, que era el bautismo de Juan. Esta situación le ocasionó muchos problemas al apóstol Pablo y a otros discípulos cuando llevaron el mensaje a los gentiles y estos aceptaban a Cristo. Los judíos pretendían que fueran circuncidados, y aún siguen con esa idea del pasado. Cada vez que cambia una dispensación, cambia el ritual del santuario de esa etapa. 

Estamos en las mismas condiciones del tiempo de Cristo y de las luchas del apóstol Pablo. Todavía los cristianos no reconocen que desde que Cristo ascendió a un nuevo ministerio en el santuario del cielo, entramos en la dispensación del Espíritu Santo y por ley del santuario, cambia el ritual y tenemos que ser bautizados en el fuego del Espíritu Santo. Por lo tanto, el bautismo de Juan quedó atrás hace mucho tiempo y la iglesia cristiana, al igual que le ocurrió a los judíos con la circuncisión, siguen atrasados en el tiempo y bautizando los nuevos conversos en agua como los judíos que aún están circuncidando a los varones en plena dispensación del Espíritu Santo. 

No voy a detenerme mucho hablando de los judíos y cristianos que siguen circuncidándose el prepucio, ni de los cristianos bañando a los nuevos conversos con agua, cuando hace más de quinientos años, entramos en la dispensación del Espíritu Santo y eso significa que los ritos y las doctrinas cambiaron por ley del santuario. Por eso Jesús, cuando celebró la nueva Pascua realizó el cambio de la celebración de ese evento de acuerdo con las circunstancias de esa etapa. Esa transformación era el marco de lo que sería una nueva visión evangélica que abría el paso del sumo sacerdote a la expiación final en el santuario del cielo, muy pronto.

La dispensación del Espíritu Santo trae una nueva visión del Evangelio de Cristo al mundo: La creencia cristiana en general ha perdido el camino del santuario y desconoce en qué etapa está la ministración de Cristo en el santuario celestial. El Espíritu Santo que es la madre divina, ha tenido que guiar a los fieles de la tierra en todo lo que puede, y el ser humano le permite, para tratar de enderezar el camino de la iglesia en la tierra de acuerdo con la administración de Cristo en el cielo. Esto ha retrasado la venida del Señor (la demora del esposo a las bodas), porque la iglesia ha querido trazar sus propias doctrinas y seguir su propio camino sin analizar, a la luz del Espíritu, el mensaje que la Biblia ha trazado por casi seis mil años para completar la obra del Señor de acuerdo con los acontecimientos que ocurren en la tierra y en el cielo. No hay sincronización de una cosa con la otra, por eso la iglesia anda por un lado distinto al de la razón de los ritos y ceremonias que se deben estar practicando hoy en la Iglesia cristiana en general, y están atrasados, podemos decir, obsoletos para fines del tiempo que se vive y de las circunstancias que la hermandad experimenta en espiritualidad, salud, fe, esperanza y caridad. El mensaje de las iglesias no ha adelantado nada en los últimos dos mil años. 

El único avance que el Espíritu Santo ha podido inducir en estos tiempos es relativo a la liberación y emancipación de la mujer en esta etapa. Algunas iglesias han progresado en esto y entienden el valor de la mujer como persona y promueven la igualdad de la mujer en la sociedad actual. Eso es fruto del trabajo del Espíritu Santo en inducir esta idea en la mente humana en esta etapa de la historia del mundo, y lo ha podido hacer porque el ambiente que se creó en contra de la mujer y su participación en la sociedad actual le ha permitido al Espíritu Santo introducir esta idea en todas las mujeres que han sentido el discrimen por género. 

No obstante, Jesús le advirtió a la iglesia apostólica, sobre el único pecado que no será perdonado ni a la Iglesia ni a los hombres que la dirigen (Mateo 12:30-32): la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada ni en este siglo ni en el venidero. Los hombres que dirigen la iglesia cristiana han ignorado el papel de la mujer en la familia divina, en la familia cristiana, en la iglesia, y en el mundo, donde el Espíritu Santo cuida, dirige, y ministra, mientras Cristo hace su transición en el santuario celestial y cumple con el ritual del santuario en el cielo para venir triunfante a rescatar al remanente. Noten como en el capítulo 12 de Mateo, Jesús se expresa sobre este asunto tan importante y delicado que la iglesia no toca ni con pinzas ni con guantes: se trata de la presencia femenina en la familia del cielo, de la cual, la familia de la tierra está hecha a imagen y semejanza (Génesis 12:6-27).

La familia de la tierra: hombre, mujer e hijo son una copia fiel y exacta de la familia del cielo. La Iglesia cristiana en vez de resaltar este tema, que es tan importante para que la gente entienda el valor de la familia en el plan de Dios, en la iglesia misma y en el mundo, lo ha ocultado y le ha asignado un papel y un adjetivo masculino a la Espíritu Santa y es por eso que ha cometido por años, un pecado que no será perdonado a los hombres que dirigen la iglesia, “ni en este siglo ni en el venidero”. Al contrario, esta testarudez les cuesta a los varones de la Iglesia que su rol de esposo, pastor o sacerdote sea cuestionado en el seno mismo de la iglesia, y que el Espíritu Santo que induce esta verdad en el corazón de las mujeres de este siglo, pueda tener éxito para que se emancipen y reclamen su lugar en la organización y dirección de la iglesia en este tiempo. La imagen patriarcal de la primera dispensación del Padre, y de la segunda dispensación del Hijo, debió de haber cambiado tan pronto el Espíritu Santo tomó la dirección de la iglesia apostólica, a raíz de la ascensión de Cristo al cielo (Juan 14:15-18, 15:26 y 18:26). Sin embargo los varones a cargo de la iglesia impusieron su autoridad y no permitieron que las mujeres tomarán parte activa en la dirección de la iglesia naciente. Aún en muchas congregaciones cristianas, las mujeres están sometidas y no se les permite dirigir el ministerio, cuando fue una dama tan importante, la que dejó la diestra del Padre celestial para venir a cuidar y a guiar a la iglesia en la última etapa profética de la historia del mundo.  

La esposa del Padre, la Madre del Hijo y la que imparte la inspiración a los escogidos para ministrar, escribir y actuar en justicia, no ha sido reconocida en la etapa más crítica de la historia del mundo. El Padre la designó por sus méritos y no reconocerla de esa manera, es lo que causa el único pecado que es imperdonable a los hombres (Mateo 12:31-32; Marcos 3:28-29 y Lucas 12:10).

Noten que los textos de Mateo, Marcos, y Lucas, se refieren a los hombres que cometan el error de ignorar el papel del Espíritu Santo y su género en la familia celestial y en la iglesia, como parte de la familia de Dios (Juan 14, y Juan 16).  La Espíritu Santa, que es como la debemos llamar para no confundirnos y darle su posición en la difícil labor de cuidarnos de los dardos de fuego del maligno enemigo, en lo que Jesús termina su preparación en el santuario celeste y viene a reunir su iglesia. Ella fue sacada de la presencia y compañía del Padre celestial para venir a cuidar a sus hijos en la tierra. Como toda madre abnegada se sacrifica por sus hijos, así el Espíritu Santo dejó la presencia del Padre, asumió la custodia de sus hijos en esta tierra, y ha cuidado con abnegación y entrega de todos ellos. Por esa razón, se le denomina como “parakletos”, que, aunque se mal traduce como “consolador”quiere decir sacada del lado del Padre al igual que Eva fue sacada del costado de Adán, la Espíritu Santa fue sacada del lado del Padre celestial para venir a esta tierra y cuidar de la iglesia y para iluminar la mente humana para aprender las cosas espirituales.

Sin embargo, la iglesia cristiana no ha respondido a ese sacrificio tan grande que ha separado a la familia del cielo y ha obligado a la Madre eterna a permanecer en custodia de una iglesia que no respeta la entrega ni el sacrificio de una madre por sus hijos (Jeremías 25:34).

Por esa razón, en el llamado a las bodas del Cordero en Apocalipsis, las mujeres divinas, se unen para el llamado final: “El Espíritu y la Esposa dicen ven y el que oye diga ven” (Apocalipsis 22:17).

Debido a que la tercera dispensación es la etapa asignada al Espíritu Santo o a la mujer, es la etapa histórica en la que las mujeres reclaman participación en todas las esferas de la sociedad y por consiguiente, de la iglesia. No podemos oponernos a que ellas tomen iniciativas que en las otras dispensaciones correspondían al hombre y que ahora, en esta época en particular, las mujeres reclaman para sí con todo el derecho que les asiste. Por naturaleza, el Espíritu clama por los derechos de las mujeres, y éstas sienten en su interior, el valor y el interés en ocupar su lugar en todo, y si no respetamos ese derecho natural, cometemos un pecado imperdonable. 

Nuestro llamado a la iglesia cristiana es para que se ponga al día en la teología práctica para este tiempo. Jesús le dijo a los discípulos en la mesa de la Santa cena: “Y os digo, que desde ahora, no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre” (Mateo 26:29). La promesa es que retornaremos a la mesa con Jesús y tomaremos del pan y del vino nuevos en la tierra nueva. Mientras tanto, recibamos el verdadero bautismo de esta dispensación que es impartido por el Santo Espíritu de la Madre Divina que nos ha criado, nos ha cuidado, y nos ha alimentado con su mano poderosa para que entendamos y crezcamos con su amor y protección divina hasta que Cristo asuma el poder de nuevo.

Recibir ese bautismo requiere de una conversión genuina, de una aceptación total del Evangelio para este tiempo, y quien lo reciba, recibirá adjunto, el poder para echar fuera demonios, quitar serpientes de en medio de las congregaciones, sobrevivir a los venenos en los alimentos, hablar nuevas lenguas y sanar a los enfermos mediante el método escogido para este tiempo. Esas son las cinco señales que seguirán a los que reciban el bautismo del Espíritu Santo (Marcos 16:15-18). Los que crean en esta encomienda, y la acepten recibiendo el bautismo del Espíritu, serán salvos y al que no lo reciba será condenado. 

Esa es la gran realidad para este tiempo y no hay otra alternativa, pues la iglesia cristiana en general sigue viviendo en el pasado y no se ha percatado que estamos en el fin del tiempo y que el verdadero cristiano se tiene que identificar por los frutos del Espíritu Santo (Véase en DrNorman.blog el artículo: “La Gran Comisión” que explica cada una de estas cinco señales que Jesús le dio a sus discípulos para identificar a los verdaderos apóstoles en el tiempo final). Según se detalla en el artículo señalado, “Echar fuera demonios” significa evangelizar y ayudar a la conversión de gente que ha sido confundida por el demonio, y al aceptar a Cristo en su corazón, echan fuera los demonios que allí moraban. Este mismo escrito o blog, que usted lee ahora es el cumplimiento de ese mandato divino: “Hablarán en nuevas lenguas”. Estamos hablando en un lenguaje nuevo que nunca se había hablado en la iglesia cristiana, y esto cumple con el cometido de la gran comisión evangélica. “Tomarán en sus manos serpientes”: tendrán que enfrentarse a demonios y tentaciones, y a severa oposición y resistencia. 

Realizar milagros y curaciones, de acuerdo a la comisión divina, es algo que las iglesias no han entendido. Las ha vuelto impotentes para sanar sus propios enfermos, y por ende ha depender de médicos y hospitales, quienes convierten al enfermo en adictos a drogas, y nunca se curan. 

El acto curativo de Jesús constó de siete pasos (Juan 9:3-8):

  1. Jesús les hace saber que la enfermedad o ceguera no es por la genética pecaminosa de los padres.
  2. Jesús conocía desde hacía tiempo el ciego de nacimiento que se sentaba a pedir en la escalera del templo. Estaba terminando su ministerio y era conveniente que las obras de Dios se manifestaran en el momento preciso.
  3. Jesús con ese acto iluminó el mundo y proyectó la nueva forma de curar a los enfermos en la nueva etapa profética.
  4. Escupió en tierra: Quiere decir, se expresó con propiedad y como la luz del mundo, proyectó la nueva manera de curar a los enfermos en esta nueva etapa (Éxodo 15:26).   
  5. Mezcla lo que sale de la boca de Dios con los 7 remedios naturales de la tierra: agua pura, hierbas medicinales, plantas que sirvan de alimento sano, luz solar, aire puro, paz mental y la fe del enfermo.
  6. Le dio instrucciones precisas del tratamiento: “Ve y lávate en Siloé”. 
  7. “Y fue entonces, y lavóse, y volvió viendo”.  

Hay unos requisitos ineludibles para que se puedan dar los milagros modernos de curación y tienen la virtud intrínseca de abrir los ojos de los ciegos a las verdades del Evangelio por los cambios que estos pueden ver en sus vidas y la conciencia espiritual que se produce.

Son tres elementos combinados: La palabra de Dios, los siete remedios de la naturaleza obrando, mas la fe del enfermo, los que producirán los milagros modernos mejores y mayores que los que Jesús y sus discípulos hicieron en la tierra en su tiempo (Juan 14:12 y Lucas 14:18). 

No existe mayor milagro que ver a un individuo que está enfermo o muerto en sus delitos y pecados que traerlo a la vida por medio de la conversión y de la transformación que se produce cuando ese ciego abre los ojos y ve la gloria de Dios en su vida. El milagro que se realiza con la aplicación de los 7 remedios de la naturaleza y la palabra del Maestro es cada día mayor porque estamos devolviéndole la vida a uno que estaba muerto y su vida dependía de drogas químicas, de un marcapasos, de un respirador, de un trasplante, de una transfusión, o de una cirugía mutilante. Vemos con frecuencia y celebramos la vida de enfermos que hace 20 ó 30 años recibieron la aplicación de esos 7 remedios porque estaban sufriendo de cáncer terminal, le habrían dado algunos meses de vida, y hoy veinte o treinta años después están vivos alabando a Dios con sus vidas que son testimonio de los grandes milagros que se pueden hacer en esta etapa, cuando aplicamos la palabra con virtud y conocimiento. 

Las iglesias no tienen la preparación especial requerida para ministrar un mundo que perece en el pecado, en la ceguera espiritual, en las manos de los médicos y hospitales, donde los endrogan, los enajenan y los entuban hasta morir, creyendo que van a curarse. Esta es la única verdad que podemos aceptar y creer con certeza de que se cumplirá a su tiempo, mediante una fe genuina y que con la aplicación de los elementos señalados harán la diferencia y realizarán el gran milagro de una vida transformada, de un enfermo terminal curado, y de un pecador arrepentido convertido a Cristo. Mayor milagro que ese, no lo hay, lo vemos constantemente en nuestro trabajo misionero.

17 comentarios sobre “El Pecado Imperdonable

  1. Saludos
    He leído sus blogs. Cada vez aprendo y comprendo mejor la palabra de Dios.
    Leo la Biblia y me gustaría explique la parábola de Mateo 21:18 (La parábola de los dos hijos) y la que le sigue (Los labradores malvados) Mateo 21:33.

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  2. Excelente información bíblica. Con Con mi fe en mi señor práctico los 7 remedios de la naturaleza. Jamás me vacuné. He luchado mucho con el dolor, pero con mi Dios superó las luchas y solo mi Dios me da esa fuerza de seguir luchando. Algún día veré la luz de la justicia divina.

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  3. Gracias dr normans por compartir su conocimiento religioso y de alimentación salud espiritualidad una vez en una de sus batallas recuerdo una frase que dijo “prepárense que por ahí vienen mis hijos”

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  4. Saludos, Dr Normans e hijos. Qué tremendo escrito. El espiritu Santo , para mi es lo que Dios no deja a cada uno y hay que protejer este cuerpo. Me encantó como describe 7 remedios es lo que todo el mundo debería practicar. Y lo que habló de las mujeres, yo e notado por más de 20 años que las iglesia son machistas. Soy criada hasta los otro día Católica, pero estoy rodeada muchas personas Adventista. Y no visitó ninguna iglesia porque no estoy vacunada y estoy pendiente cuando Tiva empieze estudio biblicos. Gracias , Normans

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  5. Dios te bendiga escojido de Dios … Me encantaria recibir estás enseñanzas, siempre. Gracias por resistir gracias por ser un instrumento de bendición para nosotros… A Dios sea todo honor honra y loor

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