Por: Dr. Norman González Chacón
Las parábolas de la Biblia contienen mensajes de sabiduría ocultos para que sólo aquellos que buscan la verdad, y estén dispuestos a cavar profundo para hallarla, la encuentren, no importa las consecuencias.

Parábola, del griego parabolé, es una ilustración compartida que expone una historia, verídica o no, o una situación común de las gentes o de los pueblos con el fin de ilustrar una lección o una enseñanza. Es una yuxtaposición literal de una cosa en lugar de la otra con un fin ilustrativo y educativo. En la Biblia hay muchas parábolas o narraciones que pueden contener mensajes escondidos, a manera de parábolas. De éstas se pueden desprender grandes enseñanzas. Jesús le habló a la gente en parábolas y sin parábolas no les hablaba (Mateo 13:34 y Marcos 4:34). La razón es muy importante: Las parábolas revelan verdades profundas que quedan a discreción del que las oye y las puede entender, mientras que ilustran verdades profundas y divinas ocultas. Se dice que las parábolas son una forma de enseñanza bastante común en el judaísmo. Historias como las de las bodas, la siembra del trigo, la del hombre rico, y de las diez vírgenes y otras, son fácilmente recordadas por todos. Con el tiempo, la gente va descubriendo si le interesa el significado de la enseñanza escondida en la parábola, de acuerdo a sus intereses particulares y de como los impactan.
Lo cierto e interesante es que Jesús quería comunicar mensajes especiales a los escogidos sin que lo entendieran sus enemigos. Desde Génesis hasta Apocalipsis la Biblia está saturada de enseñanzas ocultas en parábolas: El sacrificio de Isaac, el nacimiento de los mellizos Jacob y Esaú, los sueños de José, y los sueños del Faraón y de Nabucodonosor, así como el santuario del desierto, son algunos de los relatos históricos que contienen importantes parábolas de las que se desprenden verdades ocultas, que como dijo Jesús: “les revelarán cosas que han estado escondidas desde la fundación del mundo” (Mateo 13:35 y Salmo 78:2).
Esas verdades escondidas desde la fundación del mundo, constituyen un segundo mensaje que corre paralelo al mensaje literal de la biblia y de ninguna manera lo contradice, pero lo pinta de un nuevo y brillante color. Además, incluye interesantes elementos que aclaran muchos aspectos que se encuentran en el mensaje literal porque sólo le interesan a los entendidos discípulos de Jesús de todas las épocas y etapas históricas.
No existe en la literatura universal un libro con tantas alternativas interpretativas y figuras de lenguaje como la Biblia. Los grandes escritores de la tierra como: Shakespeare, Cervantes, y otros que se han esmerado en crear imágenes ilustrativas con el vocabulario común, no se acercan a la sabiduría que se muestra en el texto bíblico de las parábolas. Las enseñanzas y las verdades que en ellas se revelan, son formidables ilustraciones del mundo espiritual que se pueden entender en lenguaje humano. De hecho, es conveniente señalar que después de la experiencia lingüística de la torre de Babel, el lenguaje humano, no importa la nacionalidad ni la lengua, sufrió graves cambios que impiden una fiel comprensión del mensaje divino oculto en la Palabra para que los entendidos lo entiendan. Hay muchos pasajes que han sido motivo de discusión en la teología debido a los factores de traducción y redacción de los mismos. Por eso en teología se discute el Sitz im leben o contexto de muchos textos para considerar su debida traducción e interpretación.
La responsabilidad de todo creyente en el evangelio de Jesús y de todo estudiante de la Biblia y pastor es de estudiar profundo el texto de Mateo 13:52, para sacar de ese viejo tesoro, cosas nuevas para sus discípulos.
Si ya conocemos el mensaje literal de la Biblia, ahora se abre para todos los entendidos un nuevo y maravilloso campo de estudio científico basado en el mensaje oculto de las parábolas y símbolos que allí se encuentran: Una segunda biblia que contiene información exclusiva pero sencilla de entender para los discípulos sinceros del Maestro. Éste señaló: “Te alabo Padre, Señor del cielo y de la tierra que hayas escondido estas cosas de los sabios y de los entendidos y las hayas revelado a los niños” (Mateo 11:25). Los grandes teólogos no han podido entender este mensaje oculto pero los niños en el evangelio lo pueden entender si buscan la dirección del Espíritu Santo que los ilumine. Un ejemplo, lo podemos obtener de las tres parábolas de bodas que se encuentran en los evangelios: Las bodas de Caná, donde Jesús realizó su primer milagro público (Juan 2:), las 10 vírgenes (Mateo 25), y la parábola del padre que hizo bodas a su hijo (Mateo 22). Estas tres parábolas que tienen que ver con bodas son tres escenas de un mismo acto a través de las cuales el Señor nos revela importantes verdades del Evangelio que no deben ser comprendidas por sus enemigos.
Primeramente, ocurre la conversión del agua en vino que es el primer milagro que Jesús realiza en Caná de Galilea, en una boda familiar a la cual fue invitada su madre María y Jesús la acompañó. Las bodas judías en esa región duraban una semana y a la mitad de la semana ocurrió el incidente que da lugar a que Jesús tenga que intervenir: El vino provisto por la familia del novio, se terminó. Este contratiempo inesperado era considerado como una gran afrenta de previsión por parte de los celebrantes y María se percató de la situación y llamó a Jesus para que les resolviera. Es obvio que ella sabía del poder que Jesús tenía, aunque aún no había comenzado su ministerio oficialmente. Sus acciones en suplir las necesidades de su madre en el hogar desde niño, le aseguraban a María que Jesús podía resolver el problema del vino en esa boda. Aunque este relato es un hecho real y no una parábola, para fines educativos puede ser considerada como una parábola debido a que este acto inicia un ministerio milagroso de Jesús y abre el entendimiento a los convidados, que a mitad de la semana, habían consumido el vino y estaban embriagados en la gran fiesta. Tanto el maestresala que dirigía la boda, como todos los comensales se dieron cuenta del cambio que este vino nuevo hizo en todos ellos: quedaron sobrios tan pronto lo probaron y comprendieron que era un vino de superior calidad y de efectos desembriagantes diferentes a todo lo que habían probado antes. El buen vino abrió los sentidos de los ebrios en la fiesta y resolvió el percance con gran éxito y efectividad. Nadie salió borracho de esa boda cuando culminó.
Si le aplicamos el concepto de parábola a la historia real que allí se narra, podemos entender que las palabras de Jesús cuando señaló: “Yo soy la vid verdadera” (Juan 15:5 y 14:23), el buen vino se echa en odre nuevo cuando la palabra de vida es como el buen vino que tiene el poder de desembriagar a los ebrios de la vida y les permite gustar del buen vino que no emborracha. La vid verdadera es Cristo y su principal objetivo al venir a este mundo es desembriagar a los ebrios que con los cuidados de la vida, los negocios, las ocupaciones, y las distracciones, no pueden ver ni apreciar lo que significa el buen vino de la vid verdadera.
Cuando Jesús habla de sí mismo y se señala como el buen Pastor y como la vid verdadera, es porque hay falsos pastores y vides espurias que contrarrestan el efecto del mensaje verdadero del Maestro. Otro episodio de la vida de Jesús que puede catalogarse propiamente como una parábola por el mensaje oculto que contiene, es su último milagro antes de resucitar a Lázaro. Se trata de la curación del ciego de nacimiento (Juan 9). Este hombre joven que por años acostumbraba a sentarse a pedir limosnas en las escaleras del templo, nunca había visto la luz del sol en su desgraciada vida. El Maestro había pasado muchas veces por frente a este ciego y conocía de él pero no se había interesado en sanarlo porque no había llegado su hora. Ese día aciago para el jóven ciego, los discípulos le preguntaron a su Maestro por él: ¿Quien pecó, éste o sus padres para que naciera ciego?. Jesús aprovechó la pregunta para darnos una lección de genética y provisión divina: “Ni este pecó ni sus padres: más para que las obras de Dios se manifiesten en él”.
Jesús tenía en mente sanarlo, pero el tiempo no había llegado. Era sábado, el día que más gente entraba y salía del templo. “Entonces el maestro escupió en tierra, hizo lodo con su saliva y la puso en los ojos del ciego”. A continuación le dijo: “Ve y lávate en el estanque de Siloé.” El ciego obedeció “ciegamente” las instrucciones del Maestro y caminó de un extremo de la ciudad hasta el otro para llegar al estanque. “Y se lavó allí y volvió viendo”. He discutido este milagro en varios escritos por la importancia que tiene para las generaciones actuales y futuras. Jesús introduce allí una nueva forma de curar a los enfermos, tan efectiva que puede hacer ver a los ciegos de nacimiento: Para el proceso curativo, utilizó la saliva que sale de su boca. En el lenguaje simbólico de las parábolas, la saliva es sinónimo de la Palabra de Dios, la espada de dos filos, y su poder de convencimiento; La tierra o barro del suelo, representa el material del cual estamos hechos y del que nos alimentamos: hierbas, plantas, frutas, vegetales, y todo lo que de la tierra, Dios creó como alimento. La mezcla de estos dos elementos crea un tipo de medicina muy efectiva para toda enfermedad: Se trata de la Medicina Natural, que desde ese momento Jesús incorporaba al ministerio de sanidad de todos sus discípulos en todas las épocas futuras. Pero falta el tercer elemento: “Ve y lávate en el estanque de Siloé”. La misma fuente de agua que surtía el estanque, cruzaba la ciudad y pasaba por el frente del templo donde el ciego se sentaba a pedir a diario. ¿Por qué Jesús hizo caminar tan lejos al ciego si tenía la misma agua tan cerca? La razón es muy importante: Es porque faltaba un elemento que no necesariamente era agua para lavarse; era la fe del ciego que se ponía a prueba para recobrar la salud visual.
En la etapa nueva de la iglesia cristiana naciente, los milagros deben hacerse en conformidad a los elementos de la naturaleza y no como milagros sobrenaturales. Esto le permite a cada cristiano práctico llevar el ministerio sanador de Cristo a cada criatura y rincón del mundo. El ciego, caminó determinadamente todo el trayecto que Jesús le ordenó para llegar al estanque famoso por sus curaciones, y allí se lavó. Con ese bautismo local de agua a los ojos fue suficiente para recobrar la vista que nunca antes tuvo. Los milagros modernos deben estimular la fe del enfermo y deben armonizar su vida con los mandamientos de la salud y los preceptos de vida trazados en las escrituras desde Génesis 1:29.
El relato es una de las más largas experiencias que se narran en los evangelios y tiene una gran cantidad de detalles importantes que se pueden discutir en teología. Al recobrar la vista, el que era ciego, se tuvo que enfrentar a los sacerdotes y a los escribas de su tiempo. La indiscutible curación, fue puesta en duda por los enemigos de la verdad que no querían creer lo que a simple vista era tan evidente, que no había manera de refutarlo.
De este relato verídico de las historias del maestro Jesús en la tierra, se desprenden tantos mensajes que no es posible enumerarlos todos, pero una cosa es clara: Jesús dejó tácitamente establecido el mensaje de curación que en la última etapa de la historia abrirá los ojos de los ciegos de nacimiento y curará todo tipo de enfermedades. Y como hizo en las parábolas, sólo los entendidos entenderán este mensaje (Mateo 13:11-17).
Las parábolas de la Biblia contienen importantes mensajes de Dios para su pueblo en lenguaje secreto simbólico para que los enemigos de la verdad no lo puedan entender. Las tácticas militares de todo ejército de la tierra tiene que usar el lenguaje de símbolos y señas que cada soldado debe conocer para entender las órdenes de sus comandantes que dirigen la estrategia de guerra. La Biblia y el ejército de Dios no son la excepción a esas estrategias. Desde Génesis hasta Apocalipsis podemos ver las tácticas divinas para comunicar los mensajes entre el Comandante y sus soldados. Cada cual es responsable de conocer ese lenguaje para no equivocar las órdenes del capitán. Por eso les habló por parábolas (Mateo 13:13). “Por eso, todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas” (Mateo 13:52). Las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas. El mensaje de Cristo se renueva a sí mismo cuando se activa la luz del Espíritu Santo y nos ilumina el entendimiento. Es estonces cuando vemos clara la intención del Maestro de revelar los secretos escondidos desde la fundación del mundo en simples parábolas que parecen cuentos. Pero la iglesia cristiana laodicense no puede ver ni oír, ni hablar de estos misterios compartidos, debido a que está ciega, sorda y muda. Su participación en la revelación es nula y no puede dar fe de las profecías, ni de su cumplimiento, por su incapacidad.
SALUDOS.GRACIAS POR ESTE EXCELENTE BLOG SOBRE LAS PARABOLAS.APRENDI MUCHO CON ESTE TEMA.BENDICIONES.LUZ SANCHEZ
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